ANTES
Son unos 67m2 que reúnen hall, cocina, salón y comedor. Os conté que es cuando hicimos la reforma de la cocina que decidimos instalar un suelo de madera maciza, encima del mármol (bonito pero muy frío). Os explicaba en este postque descartamos del todo cualquier laminado (no eran baratos) y decidimos un suelo macizo. El fallo fue quizás elegir un suelo un poco oscuro que, con el tiempo, oscureció aun más así que tras un tiempo prudente (4 años), decidimos cambiarle el aspecto.
DESPUÉS
Era la 1ª vez que me lanzaba en algo tan arriesgado y agotador. Arriesgado porque no sabía si el resultado nos iba a gustar y agotador porque mover muebles, esperar los tiempos de secado, saltar de un sitio a otro para no pisar durante... casi una semana... todo esto era la 1ª vez!
He trabajado por partes, delimitando las zonas. No he lijado antes de pintar porque he utilizado la pintura de siempre (Old White, Annie S.), cada lata rebajada con un 40% de agua. Empecé en el comedor pero el lijado con la máquina fue excesivo; lo tuve que hacer a mano todo!
Para conseguir la textura que yo quería, hizo falta 3 capas; no quería que el suelo fuera completamente blanco sino más bien de aspecto lechoso y que se viera ligeramente desgastado en las juntas y uniones. Como lo veréis en las fotos, tras la 2ª capa, lijé a mano todas las juntas, luego todos los listones y volví a pintar muy ligeramente para que no se viera un desgastado muy evidente.
Para sellar, he utilizado un barniz al agua incoloro mate (se encuentra en cualquier tienda de bricolaje); tiene la ventaja de secarse muy rápido y deja un aspecto aun más lechoso. Me encanta como ha quedado. Toda la estancia ha ganado considerablemente en luminosidad y por consiguiente en espacio. Aquí van las fotos del proceso y resultado final.
Lijando entre las juntas
Lijando toda la superficie de las láminas
anne charriere
Fuente: http://www.annecharriere.com/
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